Con este de acto de asignación del nombre de
GASPAR GARCIA LAVIANA
a una biblioteca
pública
m
unicipal honramos a ese digno hijo de esta tierra al recordarle en el 40 aniversario de
su muerte, y nos honramos a nosotros mismos al recordarle de esta manera. Pero todo esto
puede quedar en algo muy superficial si no vamos a la verdadera finalidad de este tipo de
ho
m
enajes
. H
omenajes como nombrar a una persona hija adoptiva de la ciudad, dar su nombre
a una escuela
,
una biblioteca
,
un hospital
,
una calle
de alguna
m
anera
,
son actos equivalentes
a lo que se hace en la Iglesia al procla
m
ar santo o santa a una persona
,
o declarar a deter
m
inado
santo o santa co
m
o patrono o patrona de una ciudad
,
de una región
,
de un país
… C
o
m
o digo
,
todo
esto queda en algo superficial si se limita a ese homenaje y se olvida la causa que lo motivó.
Porque esto es en realidad lo que ocurre con este tipo de cosas. En Gijón, donde yo resido,
hay una avenida que lleva el nombre de GASPAR GARCÍA LAVIANA. Si le preguntáis a
cualquier gijonés dónde se encuentra esa calle, todos os lo sabrían decir, como también os
sabrían decir dónde está la Avenida CARLOS MARX, o la de PABLO IGLESIAS. Pero sin
duda muchos ignoran que el PABLO IGLESIAS al que se dedicó esa calle se trata de
fundador del Partido Socialista y pensarán que se refiere al actual líder de Podemos. Y sobre
Gaspar García Laviana y Carlos Marx mucha gente no sabría decir ni una palabra.
S
e supone que la existencia de escuelas y bibliotecas co
m
o esta tienen co
m
o objetivo fomentar
la cultura y el conoci
m
iento. Pero no podemos cerrar los ojos ante la realidad de que el siste
m
a
do
m
inante lo digiere todo con vistas a su conservación tal como es
. Y
la conservación del sis-
te
m
a tal co
m
o es postula que la gente sepa lo que tiene que saber para que el siste
m
a funcione
, y
que ignore todo lo que tiene que ignorar con la misma finalidad. Sí, existen bibliotecas, y
escuelas
,
y ta
m
bién universidades
. P
ero la sociedad de este siste
m
a es clasista
,
es decir
,
la gente
está encuadrada en clases diferentes, con intereses distintos, que con frecuencia entran en
contradicción
. Y
la educación
,
la pro
m
oción cultural
,
por ser un factor decisivo en la lucha de clases
,
es objeto de disputa y competición entre los intereses que se contraponen. Todos sabemos que
no todos los sectores sociales tienen igual posibilidad de acceder a los estudios y la cultura.
Las clases pudientes, precisamente por serlo, pueden acceder a grados universitarios que les
están vedados a los sectores más humildes de la población. Y a nivel mundial, los países más
pobres y más explotados son también los que tienen un nivel cultural y educativo más bajo;
cada una de las dos realidades es a la vez causa y consecuencia de la otra.
Precisamente la Nicaragua que Gaspar García Laviana conoció a finales de la década de los
60 y comienzos de los 70 era un país social y económicamente atrasadísimo y la formación
era nula para la gran masa campesina explotada por los latifundistas del país. Una de sus
principales preocupaciones, además de fomentar los servicios sanitarios para esa población y
la protección de las muchachas que eran obligadas a prostituirse, era ocuparse de la formación
cultural, la enseñanza de los campesinos de la zona, sobre todos de los niños. Por eso tiene
mucho sentido darle su nombre a una biblioteca, como hacemos hoy aquí, como lo tendría
también dárselo a una escuela o a un hospital.
Pero volviendo a lo de la finalidad de este tipo de homenajes, y sabiendo que el motivo del
homenaje suele olvidarse, bien podríamos suponer que dentro de un siglo esta biblioteca se
siga lla
m
ando de
GASPAR GARCÍA LAVIANA
pero la gente de entonces no sepa quién fue esa
persona y qué hizo para merecer esta distinción. Sobre la relativamente corta vida de Gaspar
se podrían decir muchas cosas. De hecho el Foro que lleva su nombre, y al que yo represento
en este momento, editó este año un libro donde se da cuenta de lo que fue su dedicación plena
a los sectores s castigados de la zona en la que él ejercía como misionero. Lo que destaca
de su actividad es que él se ocupaba de los intereses y las necesidades de los demás.
Abandonó su país, donde podría haber llevado una vida más confortable y menos peligrosa,
para ir a una de las zonas más atrasadas y depauperadas del planeta. Allí, cuando se percató de
la realidad de la situación, dejó en segundo plano la función religiosa del misionero para
ocuparse de lo más urgente: la promoción humana, social, cultural, de la población explotada
y ninguneada por parte de los beneficiarios del sistema. Con su preocupación generosa por los
demás, Gaspar era la negación de un sistema que genera el individualismo, el egoísmo, el afán
de medrar a costa de los demás. En este sentido, puede decirse que Gaspar era un antisistema,
en el mejor sentido de la palabra, como lo había sido el maestro y modelo de vida, Jesús de
Nazaret. Éste expresó certeramente su opinión sobre esta cuestión cuando dijo:
Sabéis que los gobernantes de las naciones oprimen a sus súbditos,
y los que son grandes abusan de su autoridad sobre ellos. Pero entre
vosotros no ha de ser así, sino que el que quiera hacerse grande
entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero
entre vosotros debe estar a vuestro servicio. Vuestra actitud debe
ser como la mía, que no vine a ser servido sino a servir.
Gaspar imitó a su Maestro y el ejemplo que nos transmite es ese: ponerse al servicio de los
demás, de los más necesitados. El objetivo de este homenaje es mostrar ese ejemplo a imitar.
Sabemos cómo terminó Gaspar, luchando en la guerrilla contra las fuerzas militares del
dictador Somoza. No se trata de hacer apología de la lucha guerrillera ni de cualquier otro
tipo de violencia, pero lo que nos enseña la actitud de Gaspar al enfrentarse contra la
represión violenta de los poderosos es que él llevó hasta ese extremo su compromiso con la
defensa de los que no tenían defensa; antepuso el interés y el bienestar de otros al suyo
propio: Es esa actitud generosa y altruista lo imitable en su vida, y es eso lo que resaltamos al
recordarle como lo hacemos hoy. Este centro que desde ahora llevará su nombre habrá
cumplido su misión si sirve para recordar a todos en el futuro que la mejor manera de
aprovechar una vida es ponerla al servicio de quien lo necesite.
Que así sea.